Familia y Tecnología: UCN Impulsa Reflexión sobre Vínculos Humanos en la Era Digital
Familia y Tecnología: UCN Impulsa Reflexión sobre Vínculos Humanos en la Era Digital
El seminario “Familia: Caminos de Esperanza en un Mundo Conectado” abordó los desafíos y oportunidades de la digitalización en la vida familiar, destacando el rol mediador de la familia frente al uso de pantallas, redes sociales e inteligencia artificial.
“Familia: Caminos de Esperanza en un Mundo Conectado” fue el título de la V versión del Seminario de la Familia, organizado por la Dirección General y el Departamento de Pastoral y Cultura Cristiana de la Universidad Católica del Norte (UCN).
Esta instancia tuvo como objetivo analizar el impacto de la tecnología en la vida familiar y social, promoviendo un uso consciente y ético que fortalezca las relaciones interpersonales, en sintonía con el Jubileo de la Esperanza 2025, que invita a renovar los vínculos afectivos desde el amor, la fe y la solidaridad.
En esta ocasión, la exposición principal, titulada “Familia y Tecnología: ¿Hacia dónde vamos?” fue dictada por Mg. Carolina Salinas Suárez, Profesora Asociada Adjunta de la Facultad de Derecho y Directora del Centro de la Familia de la Pontificia Universidad Católica de Chile, junto a Mg. Nicole Elizondo Orellana, Investigadora del Área de Políticas Públicas del Centro de la Familia de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Durante la presentación, las académicas abordaron los desafíos y oportunidades que la digitalización representa para la vida familiar, las redes sociales, la educación y el trabajo.
La académica Nicole Elizondo Orellana se refirió a la actual era digital en la que vivimos y cómo se han transformado las dinámicas cotidianas, especialmente las de los niños, manifestando que “según múltiples estudios, la exposición excesiva a las pantallas y la tecnología afecta de sobremanera el desarrollo emocional, creativo y cognitivo de niños y niñas. En promedio, los niños, además de asistir al colegio, pasan más de cuatro horas diarias frente a una pantalla. Hay un gran retroceso en términos de salud mental, esto es a nivel global, es una tendencia que se correlaciona con la irrupción de las Redes Sociales”.
Además, agregó que “la niñez de hoy en día se ha digitalizado, se ha acelerado tanto que ha generado no solo aprendizajes y conexión, que sería el lado positivo, sino que también está exponiendo mucho más a los menores a riesgos o efectos negativos, como es justamente la exposición a un contenido inapropiado o a un contenido que a veces es manipulado con la inteligencia artificial. También nos vemos enfrentados a casos mucho más recurrentes de ciberacoso, de ansiedad digital, de pérdida de sueño, etcétera”.
En tanto, la académica Carolina Salinas Suárez declaró que la familia, si bien es víctima de las consecuencias de un mal uso de la tecnología digital, también es la respuesta a cómo enfrentamos esta problemática. “La familia cumple una función fundamental que es ser mediadora entre la persona y el resto del mundo. (…) Los padres tienen que modelar un buen uso, hay que enseñar cómo analizar contenido y cómo hacer un discernimiento ético”, señaló.
Continuando, la académica expresó que “las relaciones personales, reforzar la importancia del contacto humano y la empatía más allá de lo virtual, debieran llevar a tener una capacidad crítica instalada en nuestra familia para poder enfrentar este desafío. (…) Volver a pensar en clave personal implica volver a mirarnos a los ojos y también ser conscientes que la tecnología llegó para quedarse, en muchas cosas nos ha facilitado la vida, pero hoy día estos riesgos debemos enfrentarlos desde esta función mediadora que cumple justamente la familia”.
PANELES DE CONVERSACIÓN
Para la segunda parte del seminario, se desarrolló un espacio de presentaciones y preguntas donde los participantes tuvieron la oportunidad de profundizar en los temas tratados. Este momento fue moderado por Alejandro Cerda Sanhueza, Director del Departamento de Teología de la UCN Coquimbo.
El primer panel se tituló “Conectados pero Solos: Construyendo Relaciones Auténticas en la Era Digital” y fue encabezado por el Dr. Jonathan Martínez Líbano, Director del Magíster en Educación Emocional y Convivencia Escolar en la Universidad Andrés Bello, como también Director del Grupo de Investigación en Educación y Salud Emocional en la misma institución.
La temática principal del panel planteó que hoy en día la cantidad de información a la que las personas, especialmente niños y adolescentes, pueden acceder es inmensa, y a su vez es directamente proporcional a esto la sensación generalizada de soledad. “La salud mental de nuestros niños y adolescentes está en extremo deteriorada, y uno de los factores de riesgo que identificamos ahí es tener celular. (…) El uso de estos dispositivos electrónicos efectivamente van a traer nuevas psicopatologías, y eso es por el aumento de la adicción digital, la recompensa social que se observa que estos niños y adolescentes buscan, el scrolling infinito y la dependencia psicológica”, señaló el investigador.
Por otro lado, el segundo panel, que se tituló “Familia como Faro Digital: Transformando el Mundo con Esperanza y Valores”, propuso una mirada inspiradora hacia el papel de la familia en la relación que tienen los jóvenes frente a los Medios de Comunicación, actualmente tan prevalentes en la sociedad. De acuerdo con el panelista, Dr. Claudio Elórtegui Gómez, Académico de la Escuela de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, “al hablar de la familia como un faro digital, yo me atrevo humildemente a definirlo como la noción de que la familia puede proyectar, planificar, transmitir y hacer uso de un espacio digital con una perspectiva de manejo de conocimientos, alfabetización digital y mediática, y de irradiación de esas acciones y contenidos a favor de una transformación positiva y esperanzadora de los contextos de interacción”.
De esta manera, en un contexto marcado por la inmediatez y la hiperconexión, el seminario “Familia: Caminos de Esperanza en un Mundo Conectado” reafirmó la necesidad de fortalecer los vínculos humanos desde el corazón mismo de la sociedad: la familia. A través del diálogo entre especialistas y la comunidad, la instancia permitió no solo visibilizar los desafíos que la tecnología impone en la vida cotidiana, sino también destacar el rol fundamental de la familia como guía ética, emocional y formativa en la era digital. Desde una mirada esperanzadora, se invitó a asumir con responsabilidad y humanidad el uso de las tecnologías, proyectando un futuro donde el contacto humano, el discernimiento crítico y los valores compartidos sigan siendo el centro de nuestra convivencia.